Por Aránzazu Días Huerta | Fotos: Manu Luque

Situado en pleno centro de Bilbao, este piso de 120 metros cuadrados es el hogar de una feliz familia. El interiorismo, a cargo de Moralima Studio, refleja a la perfección la mezcla de épocas: las vigas vistas y las molduras decorativas de las paredes nos trasladan a un pasado señorial, mientras la decoración aboga por un estilo moderno y nórdico con una exquisita mezcla de tonalidades.

Recibidor con cerramiento acristalado donde se encuentra el despacho. Foto Manu Luque

En la entrada, se diseñó un armario grande en laca con uñeros embutidos. En la misma zona, un cerramiento acristalado de corte industrial alberga el despacho.

Armario blanco con uñeros en el recibidor. Foto Manu Luque

La cocina está conectada con el salón-comedor, pero se puede aislar gracias al cerramiento de aluminio negro diseñado por el arquitecto.

La encimera se prolonga hasta la zona del comedor, creando una barra de desayuno muy práctica.
Cocina moderna con armarios de color verde mate. Foto Manu Luque
El color verde claro que domina la cocina le da mucha personalidad, pero sin llegar a cansar.
Taburetes, de Calma Chechu. Manu Luque

NOTAS ALEGRES SOBRE UNA BASE DE COLOR NEUTRA

En el salón-comedor, los tonos neutros protagonizan las piezas grandes, dando la nota de color con los accesorios. Así, el sofá esquinero y las sillas del comedor grises se ven realzados por los tonos mostaza de los cojines.

Mesa, de Kave Home. Sillas y lámpara, de Westwing. Mantelería y vajilla, de Zara Home. Foto Manu Luque

También se escogieron dos lámparas de bolas de diseño mid-century parecidas entre sí, para conseguir armonía visual entre salón y comedor.

¡El contraste con la viga de hormigón es espectacular!
Salón comedor de diseño moderno con viga de hormigón visto y sofá esquinero gris. Foto Manu Luque

CABECERO A MEDIDA Y MUCHA NATURALIDAD

En la habitación principal, las interioristas diseñaron un cabecero a medida con rayas verticales que lacaron en verde para aportar la nota de color.

Cabecero, diseño de Moralima, hecho a medida. Lámparas colgantes, de Ineslam. Mesitas de noche, de Kenay Home. Ropa de cama, de El Telar y Zara Home. Foto Manu Luque

Las lámparas suspendidas permiten aprovechar el espacio de las mesitas de madera y darle todo el protagonismo al cabecero.

La habitación cuenta con un vestidor que lleva al baño en suite.

Vestidor con armarios empotrados de color blanco sin tiradores. Foto Manu Luque

En el baño, el mueble en madera añade calidez, los espejos altos amplían el espacio y la grifería y las lámparas negras otorgan un toque moderno.

Mueble, de Codis Bath. Espejos, de Maisons Du Monde. Foto Manu Luque

En la habitación de los peques, la pared se pintó a media altura en un verde suave y se combinó con un papel pintado que puede crecer con los niños, ya que no es muy infantil. ¿Te has fijado en lo originales que son los plafones?

Habitación infantil con dos camas nido de madera, armario empotrado con puertas correderas y papel pintado. Foto Manu Luque

En la habitación de juegos, las interioristas querían hacer algo divertido, así que decidieron darle forma a la pintura a media altura dibujando unos triángulos que imitan a unas montañas. Las guirnaldas aportan también un toque muy desenfadado. Este espacio, además de tener un escritorio y almacenaje para juguetes y libros, cuenta con un sofá donde los niños pueden relajarse.

Sofá, de Kave Home. Foto Manu Luque
Artículo original publicado en Mi Casa Revista en 08/04/2022.
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