Por Pilar Perea | Fotos: Manu Luque

Fue la maravillosa entrada de luz natural y el salón, tan espacioso, lo que encandiló a los nuevos inquilinos de este piso de alquiler en Bilbao. Tras una rápida mudanza desde Londres, esta casa se convirtió en su refugio ideal, con amplias zonas comunes, una cocina independiente y dos habitaciones, una para ellos y otra para su pequeñín. Una de las premisas a la hora de escoger vivienda era poder incorporar un espacio de trabajo en el salón y disponer de muchas paredes libres, para exponer los cuadros que habían ido coleccionando a lo largo de los años. Condiciones ambas más que satisfechas hoy.

De la mano de Molalima Studio, se plasmó un proyecto decorativo refrescante y práctico al mismo tiempo. Basándose en una distribución muy bien pensada de los muebles, en la que se alternan piezas propias traídas de Londres con otras nuevas. La línea decorativa, en general, es muy sencilla, con una base neutra común y materiales cálidos. Son los complementos los que personalizan cada rincón; magníficos cuadros, alguna pieza antigua, lámparas muy especiales y, por supuesto, los textiles que, en algunos casos, suben el tono del ambiente. Otra gran ventaja de la vivienda era el estado de la cocina y de los baños, ambos totalmente reformados en un estilo muy actual.

Los dormitorios también mantienen esta pauta de sencillez solicitada por la familia, con muebles neutros animados por detalles de color muy bien escogidos. Así, en el de matrimonio, es el cuadro colgado sobre el cabecero el que marca el ritmo decorativo de todo el espacio consiguiendo que forme parte de la decoración. Para la habitación del niño, se apostó por azules y amarillos que fomentan la relajación.

Las paredes de la casa se pintaron en un tono vainilla claro, luminoso y cálido al mismo tiempo.
Destaca la librería con puertas de vitrina y el mueble de TV, de Ikea. MUY SUAVE

En el salón, los muebles de almacén se eligieron blancos, para que no resultarán agobiantes.

La distribución de los muebles delimita cada zona en el salón.
En el salón, sofá y cojines, de Ikea. La mesa de centro es de Thai Natura, y la alfombra, de Westwing. La consola es de La Redoute. El escritorio procede de una herencia familiar.

La perfecta organización del espacio permitió que el estar, el comedor y la zona de trabajo convivan a la perfección. La pared de ladrillo visto y pintado en blanco delimita con sutileza la zona de trabajo.

La mesa se realizó a medida con patas doradas y sobre de mármol. Las sillas se compraron en Westwing.

Un enorme y precioso cuadro preside la zona del comedor. En sintonía, se apostó por un estilo sofisticado que le va de maravilla.

Pieza clave: Lienzo con reproducción de la Composición VII, de Kandisnky, 130x90 cm, 159,95 €; Posterlounge.

La cocina, recién reformada, contaba con una actual combinación de muebles blancos y encimera en antracita.

Piso familiar: cocina con paredes en gris y muebles blancos

En la organización de la habitación del niño, se tuvo en cuenta un espacio central para jugar. La personalización de la cómoda con pintura la convierte en pieza clave de la habitación infantil.

La camita es de la firma Silver Cross, y la alfombra, de Lorena Canals. La cómoda es de Ikea.

Los tonos grises y rojos, en su gama más suave, predominan en el dormitorio principal siguiendo la pauta marcada por el cuadro que preside el espacio.

La ropa de cama es de Zara Home. La lámpara sobre la mesilla se adquirió en Cox&Cox en Londres.

En el cuarto de baño, lo que se buscaba principalmente era funcionalidad. Alicatado en blanco y gris, con una excelente iluminación sobre el lavabo y equipado con una amplia ducha el espacio, cumple con todos los requisitos a la perfección.

Piso familiar: cuarto de baño en colores claros
La colocación de los muebles, muy bien pensada, ayuda a organizar las distintas zonas en el salón, sin entorpecer el paso hacia la cocina y las habitaciones.

Artículo original publicado en Mi Casa Revista en 22/09/2020.
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